“La percepción extrasensorial… ¿Sabes cómo lo
haces? Escuchas a la otra persona en vez de pensar lo que vas a decir después. Las
madres que permanecen conectadas a sus hijos no dejarán mentir en que existe un
vínculo a distancia que permite la transmisión de información por vías no
ordinarias (entrelazamiento cuántico, resonancia mórfica, quizás); las mascotas
también, por alguna razón, logran percibir a sus dueños; los amantes, acaso
como una luminosa prueba de su com-patibilidad, sienten en ocasiones
lo que siente el otro sin recibir un signo tangible. La telepatía parece
moverse sobre todo de manera emocional. Quizás esto sea lo que silenciosamente
nos quiere decir la naturaleza con este engarce telecomunicacional: una especie
de llamado a un pathos planetario, al jardín de la interconexión de
nuestros sentidos, a que somos árbol y ese puede ser el paraíso. Quizás el árbol
dentro, nuestro ADN, es justamente el
centro ubicuo de recepción telepática.
La importancia política de la telepatía es que
posibilita un sistema de igualdad, porque puede desvelar un sentido de comunión
más allá de las ideas. Comunicar estados mentales (como tal vez el autor
de esta entrada comunica al lector), comunicar momentos, comunicar esencias,
tiene el potencial de hermanar e in-formar un rizoma de seres que son juntos
como un coral de espíritus. Por más que nos genere cierta sensación moral ver
cómo se destruye el ecosistema o cómo mueren los niños en África, esto nunca se
podrá comparar con sentir que te enfermas cuando contaminan los bosques
tropicales o que mueres en África. Y también permite implementar esta ley
interna de la que habla Aurobindo sin depender de una constricción externa.
Claro que habría que desarrollar esta “empatía a
distancia”, pero si se invirtiera lo mismo que se ha invertido en desarrollar
las telecomunicaciones, con toda probabilidad se lograría.
Ahora bien, este sistema hipotético tiene el
peligro de generar una homogeneidad sensorial que podría degenerar en una
uniformatización de la realidad. En la serie de ciencia ficción V, la
gran madre reptliana se conecta telepáticamente con todos los miembros de su
especie y les envía lo que llama “The Bliss”, una especie de simulación
multisensorial de la divinidad, a través de la cual fomenta una adicción y
ejerce un control totalitario.
Evidentemente existen nuevos estadios en la
evolución y nuevos dramas cósmicos en el camino de la dualidad hacia la unidad,
así que es natural que una sociedad telepática presente retos y peligros. Es
posible que persista el deseo de poder sobre los demás, pero también es posible
que la telepatía, en su acepción de empatía, incremente la conciencia del individuo
y lo lleve a asumirse como una radiación más del espíritu planetario en su
proyecto de manifestar el paraíso en la Tierra.
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