Las Siete Leyes Universales
Todos
nosotros alguna vez hemos escuchado hablar del siete como un número mágico,
cabalístico, místico, que encierra muchos enigmas. En las escuelas de sabiduría
hermética, se filosofa sobre los siete universos paralelos, las siete leyes
cósmicas, los siete cosmocratores o genios siderales, las siete iniciaciones,
los siete cuerpos existenciales del hombre con sus siete centros magnéticos. A nivel religioso se habla de los siete Espíritus ante el trono de Dios, los siete Arcángeles, los siete Jinetes del Apocalipsis, las siete Iglesias, los siete Sellos, las siete virtudes conscientes, los siete pecados capitales.
En el ámbito científico se estudia el espectro electromagnético luminoso con sus siete colores, (el Arco iris del prisma solar) y el espectro electromagnético vibratorio con sus siete notas musicales en sus diferentes octavas. Se experimenta con los siete cristales de perfecta vibración molecular, se utilizan los siete metales preciosos de la alquimia medieval, se explora a los siete planetas de la astrología antigua, buscando comprender las siete dimensiones básicas del cosmos.
En la antigua sabiduría oriental se enseñaba sobre los siete rayos de la creación, los siete Mahachoanes o dioses regentes de cada rayo, sobre las siete serpientes ígneas que se levantan en el yogui de perfección, mediante la asimilación de los siete Pranas maravillosos con sus siete atributos que desarrollan los siete Chakras mediante los siete grados del poder del fuego, eliminando los siete vicios del hombre y desarrollando las siete virtudes esenciales.
En fin, donde busquemos encontraremos una constante eterna: la presencia de siete leyes universales, una incesante manifestación de siete principios que desarrollan, organizan, cristalizan y ejecutan la creación realizada por los tres principios creadores. Todas las religiones y escuelas filosóficas de la sabiduría universal, siempre nos han enseñado que en el universo existen estas siete leyes inmutables.
Ley del
mentalismo
La ley del mentalismo se basa en un aforismo que dice
“todo es mente, el universo es una creación mental”. El universo en que vivimos
es una creación mental del TODO en cuya mente vivimos, nos movemos y tenemos
nuestro ser.
Todo lo que existe es producto de la mente divina y
toda manifestación captada o no por nuestros sentidos físicos es esencia
mental. Cada pensamiento tiene forma tricolor y puede ser visto por nuestros
propios ojos en el plano astral o plano psíquico; por ello se dice que la mente
es la matriz del cosmos y es el pilar de quien aspira a la maestría. Por medio
de ella creamos nuestro propio destino, ya que es por medio del mentalismo como
la energía del cosmos actúa y nos obedece.
Ley de
correspondencia
La ley de correspondencia se basa en el enunciado de:
“como es arriba es abajo como es abajo es arriba”. Este principio encierra la
verdad de que entre los diferentes planos que se manifiesta la vida y todo
cuanto existe en el cosmos, hay una concordancia o correspondencia que los
unifica y nos permite entenderla y reconocer la clave para dar respuesta a las
grandes inquietudes e interrogantes que encontramos en el transcurso de nuestra
vida y en la naturaleza, ya que aplicando este principio veremos que las formas
más minúsculas son un perfecto reflejo de las mayores. Veremos que el
macrocosmos es igual al microcosmos y que al hombre mismo; al estudiar el átomo
comprenderemos un sistema planetario y viceversa.
Ley de
vibración
El principio o ley de vibración nos dice: “nada está
inmóvil, todo se mueve”. Todo en el cosmos vibra desde el todo que es puro
espíritu hasta la más tosca forma material, desde el gran universo hasta el más
pequeño de los átomos, la diferencia esta dada por la rata vibratoria: cuanto
más alta es la vibración, más elevada es su posición en la escala. La vida es
vibración, desde lo más lejana pulsación de un quásar hasta la leve pulsación
del minúsculo insecto que despliega sus alas al nacer el día, y muere cuando
cae la noche. Absolutamente todo lo que el ser humano percibe a través de sus
cinco sentidos incipientes son diferentes grados de vibración que se hacen
palpables y visibles en el suave color de una rosa, en el rumor de la brisa, o
en la apacible quietud de la piedra aparentemente estática.
Ley de
polaridad
El principio o ley de polaridad nos dice que: “todo
tiene su par de opuestos, todo es dual, todo tiene dos polos, los semejantes en
los antagónicos son lo mismo, los supuestos son idénticos, pero diferentes en
grado, los extremos se tocan”.
La ley de polaridad explica que lo que separa a cosas
diametralmente opuestas es solamente cuestión de grados y afirma que todo par
de puestos pueden reconciliarse mediante la aplicación de este principio, el
cual ha servido de punto de partida para grandes avances de la ciencia y que
nos ha llevado a comprender como todo movimiento es un todo, o sea el resultado
de dos fuerzas contrarias: una centrifuga y otra centrípeta.
Ley del ritmo
Esta ley o principio nos dice que: “todo fluye y
refluye”, todo tiene sus periodos de avance y retroceso, todo asciende y
desciende, todo se mueve como un péndulo, la medida de su movimiento hacia la
derecha la misma de su movimiento hacia la izquierda.
El ritmo es la ley de compensación, es el reflejo de
la vida misma. En el universo todo se manifieste en un determinado movimiento
de ida y vuelta. Todo asciende y desciende, todo tiene su avance y retroceso
porque todo obedece a periodos cíclicos en los cuales podremos observar
tres etapas o momentos: expansión, descenso y recuperación.
Ley de causa y
efecto
La ley de causa y efecto nos dice: “toda causa tiene
su efecto, todo efecto tiene su causa”. Todo sucede de acuerdo con la ley, la
suerte no existe, no es más que el nombre que se le da una ley no conocida; hay
muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la ley.
Es por esta ley que todas las cosas son, han sido y
serán. Es la misma ley conocida en la filosofía como principio de causalidad.
En el materialismo dialéctico se le conoce como la unidad de los contrarios; en
la ciencia actual la encontramos expresada en la tercera ley de Isaac Newton:
la ley de acción y reacción; además se encuentra expresada en casi todos los
libros sagrados de las diferentes religiones, con muy variados ejemplos como el
pasaje bíblico que nos dice, es aquello que sembremos eso mismo habremos de
cosechar.
En el universo, todo movimiento tiene su verdadera
resonancia, su propio efecto; todo cuanto sucede, las consecuencias de esos
sucesos y todo acontecimiento son causales y no casuales;
es por ello que nada se da al azar, ni siquiera la caída de una hoja; todo en
el universo se concatena.
Ley de
generación
Esta ley nos dice que: “la generación existe por
doquier. Todo tiene sus principios masculino y femenino, la generación se
manifiesten todos los planos”.
La palabra generación
deriva de la raíz latina que significa “concebir, procrear, producir” y tiene
un significado mucho más amplio que la del sexo. Todo cuanto existe tiene sus
principios masculino y femenino es decir todo contiene los principios activo y
positivo, en todo se manifiesta la acción del ánodo y el cátodo. La polaridad y
la generación se manifiestan en todos los planos tanto en el físico como en el
elemental y el espiritual.
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